domingo, 14 de enero de 2018

Monasterio y Real sitio de el Escorial



    Construido a finales del siglo XVI con arreglo a un trazado en forma de parrilla en memoria al mártir San Lorenzo. Lugar de retiro del rey místico Felipe II en un principio, el monasterio fue en los últimos años de su reinado el centro del poder político de este monarca, el más poderoso de su época.

    El 2 de noviembre de 1984, en coincidencia con la celebración del cuarto centenario de la colocación de la última piedra, el Comité de la Unesco, reunido en la ciudad  de Buenos Aires, inscribió el Monasterio en la Lista del Patrimonio de la Humanidad, como El Escorial: Monasterio y Sitio. Esta figura incluye el Monasterio y otros la Casita del Príncipe o Casita de Abajo. Se construyó entre 1771 y 1775, a partir de un diseño de  Juan Antonio de Villanueva y de Montes (1739-1811) uno de los arquitectos más importantes del neoclasicismo español. Está declarada Bien de Interés Cultural desde el año 1931.

    Fue erigida como pabellón de recreo para uso del rey  Carlos IV de España, por entonces  Príncipe de Asturias,  como heredero de los Reinos de Castilla  y de León, con origen en 1388, no muy lejos de su enclave se encuentra la  Casita del Infante o de Arriba, obra también de Juan Villanueva. Se llevó a cabo entre 1771 y 1773, destinada para el infante Gabriel de Borbón  y Sajonia hermano de Carlos IV y Fernando IV de Nápoles, hijo de Carlos III de Borbón. Ha recibido como sobrenombres el Político y el Mejor Alcalde de Madrid.

    Situado en San Lorenzo de El Escorial, ocupa una superficie de 33.327 metros cuadrados, sobre la ladera meridional del monte Abantos, a 1.028 metros de altitud, en la Sierra de Guadarrama.

    El Monasterio de San Lorenzo de El Escorial fue promovido por Felipe II, entre otras razones, para conmemorar su victoria en la batalla de San Quintín, entre las tropas españolas y el ejército francés el 10 de agosto de 1557, festividad de  San Lorenzo. Fue uno de los siete diáconos de Roma. En julio de 1559 Juan Bautista de Toledo fue llamado a España por Felipe II para realizar toda una serie de obras de gran importancia para la realeza española.

    Esta batalla marcó el inicio del proceso de planificación que culminó con la colocación de la primera piedra el 23 de abril de 1563, bajo la dirección de Juan Bautista de Toledo. Le sucedió tras su muerte, en 1567, el italiano Giovanni Battista Castello y, posteriormente, su discípulo Juan de Herrera. La última piedra se puso, el 13 de septiembre de 1584.

    Las medidas del rectángulo de la planta, según señalaba José Martínez de Espinosa el en 1605, son 205x162 metros. La altura total del punto más elevado de la cruz tomada con respecto al pavimento de la iglesia es de noventa y cinco metros. La arquitectura del Monasterio la planta rectangular con sus cuatro torres en las esquinas, típica de los sobrios alcázares castellanos de piedra, la arquitectura clásica italiana en la basílica y las portadas y los típicos tejados apizarrados flamencos.

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